Maní, Yucatán

El nombre Maní proviene del maya "Manik", que significa "Lugar donde todo pasó". Este nombre hace referencia a la importancia que este lugar tuvo en la época prehispánica. Maní fue la capital del cacicazgo de los Tutul Xiú, uno de los más poderosos de la región.

La historia de Maní se remonta a la época precolombina, cuando la región estaba habitada por la civilización maya. Ubicado estratégicamente sobre el camino Puuc, Maní fue un importante centro ceremonial y comercial

Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, Maní experimentó un profundo cambio cultural con la imposición del cristianismo y la construcción de iglesias coloniales, como la Iglesia de San Miguel Arcángel, que aún domina el paisaje urbano de la comunidad. Sin embargo, este período también estuvo marcado por conflictos y resistencias indígenas, como la trágica rebelión de los mayas de Maní en 1546.

Maní es un pueblo que conserva con orgullo sus tradiciones y folklore. Entre las más importantes se encuentran:
Hanal Pixán: Esta celebración ancestral conmemora a los difuntos. Se preparan altares con comida, flores y velas para honrar la memoria de los seres queridos.
Vaquería: Es una fiesta popular que se caracteriza por bailes tradicionales, música de jarana y trova, y juegos como la carrera de caballos.
Procesiones religiosas: Se realizan durante todo el año, especialmente durante la Semana Santa y las fiestas patronales.

Maní es reconocido por su artesanía textil, elaborada con técnicas ancestrales. Las mujeres del pueblo tejen hermosas hamacas, huipiles, servilletas y otras piezas con coloridos diseños mayas.

La creatividad y la artesanía del pueblo de Maní se reflejan en sus obras de arte únicas, desde intrincados bordados de huipiles hasta impresionantes esculturas de piedra caliza. Los talleres de alfarería y textiles son lugares ideales para apreciar y adquirir estas auténticas expresiones culturales.